Utilizamos frecuentemente esta expresión para decir que alguien es muy «chulo», ya sea porque cuida su forma de vestir o porque tiene un carácter algo insolente y vanidoso.
Para saber de dónde viene el dicho tenemos que remontarnos al Madrid antiguo y a sus líneas de tranvía. Uno de ellos llegaba hasta el lugar donde se celebraba la Verbena de San Isidro, y era justo el número 8, en cuyo interior todos los ocupantes viajaban vestidos de chulapos y chulapas.
Publicación de la sección #Quonectados del nº 200
Redacción QUO