Desde hace casi medio siglo, científicos de todo el mundo se han empleado a fondo para entender, mejorar y perfeccionar las técnicas de clonación, proceso mediante el cual se consiguen, de forma asexual, dos copias semejantes de un organismo, célula o molécula ya anteriormente desarrollado. Desde entonces, ranas, ratones, ovejas y hasta camellos y toros de lidia han pasado por las mesas del laboratorio de biólogos y expertos en genética de todo el mundo.

Ahora, científicos brasileños inician un pionero e innovador proyecto: clonar varias especies de animales salvajes en peligro de extinción. Entre la lista de animales se encuentra el jaguar (Panthera onca), el lobo de crin (Chrysocyon brachyurus) o el simpático tití león negro (Leontopithecus chrysopygus). La innovadora iniciativa está siendo llevada a cabo por la Fundación Jardín Zoológico de Brasilia, en colaboración con la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria, Embrapa. Los investigadores afirman que su intención no es repoblar los hábitats, sino aumentar el número de ejemplares disponibles en cautiverio. Eso sí, en casos extremos, admiten que están dispuestos a liberar a estos animales clonados en la naturaleza.

Para este ambicioso proyecto, los investigadores del Jardín Zoológico de Brasilia han seleccionado un total de ocho animales, la mayoría de los cuales están incluidos en la Lista Roja de Especies Amenazadas elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El material genético necesario para clonar estos animales ha sido recopilado a lo largo de estos dos últimos años, incluyendo el germoplasma del perro de monte (Speothos venaticus), vermilinguos (osos hormigueros), coatíes, venado gris (Odocoileus virginianus) y el bisonte. La información genética se recogió principalmente de animales nativos ya fallecidos.

Los investigadores afirman ya han recopilado un total de 420 muestras, que han almacenado en sus bancos de genes. Una vez recogida la información genética, el siguiente paso es «transferir nuestro conocimiento a los investigadores, para que ellos puedan llevar a cabo los estudios de adaptación de la técnica con animales silvestres» informa el investigador de Embrapa, Carlos Frederico Martins.

Por su parte, estos no serán los primeros animales clonados por Embrapa. La empresa fue ya responsable del nacimiento de una vaca clonada (Vitoria) en el año 2001. Desde entonces, un nutrido grupo de distintos mamíferos han pasado por los laboratorios de la agencia brasileña con el objetivo de ser clonados, principalmente bovinos y equinos que, a día de hoy, suman más de un centenar de animales vivos.

Actualmente, la legislación vigente en Brasil no recoge de forma clara la normativa para la clonación. Desde el año 2007, un proyecto de ley se encuentra en desarrollo en el Senado brasileño. Según declaró Martins para el servicio de noticias Tierramérica, «la investigación se llevó a cabo con total libertad, pero hay muy poco seguimiento y control. Cualquier laboratorio puede clonar bovinos y por eso no es posible precisar cuántos clones existen». Martins afirma que Brasil no es el único que está pensando en la clonación de especies amenazadas: «científicos de Corea del Sur y de Estados Unidos ya están trabajando también en investigaciones similares».

La falta de experiencia impide, según el investigador, prever cuánto tiempo se necesitará para el primer clon, aunque si apuestan porque será un lobo de crin, ya que es de las especies de las que más muestras de material genético disponen.

Los investigadores de Embrapa insisten en que, a no ser que se vean obligados por determinadas circunstancias, como el riesgo de que la especie vaya a extinguirse definitivamente, su intención no es liberar a los animales en la naturaleza, sino mantenerlos en cautividad. Esperan que los esfuerzos realizados en conservación sirvan para restaurar las poblaciones de estos animales por medios naturales. Y de hecho, también es probable que sea lo más prudente. Estos animales clonados liberados en la naturaleza podrían reducir la diversidad genética de las poblaciones silvestres actuales. Por otro lado, aún son completamente desconocidos los efectos de soltar en total libertad animales clonados en la naturaleza -incluyendo efectos genéticos potencialmente perjudiciales que podrían ocasionarse-.

Una vez definidos sus objetivos, los investigadores admiten que en una situación crítica, esto podría «proporcionar un refuerzo«. El investigador reconoce que «el zoológico quiere multiplicar ejemplares para su propio uso. La idea es mantener a esos animales en cautiverio. El uso de los clones evitaría el impacto causado por el retiro de los animales del ambiente«. Según declaraciones de la superintendenta de Conservación e Investigación del Zoológico de Brasilia, Juciara Pelles,»estamos en la fase de desarrollar la tecnología necesaria, por lo que todavía no sabemos si será posible recuperar una población en la naturaleza, pero es posible que sea viable».

La técnica de clonación presenta una eficacia de entre el 5% y 7%. Según Martins, ese porcentaje se encuentra dentro de los patrones medios ya alcanzados en el resto del mundo. «Es un número bajo, que encarece la tecnología, pero es el promedio. Las investigaciones también pretenden elevarlo», apuntó.

Para el biólogo Onildo João Marini Filho, de ICMBio, la clonación de vacunos y equinos se justifica ampliamente por su objetivo comercial. Pero emplearla en animales silvestres requiere cierta prudencia. «Tiene que existir un beneficio bastante tangible para la conservación. Si hay una ganancia, es válido. Puede ser posible, por ejemplo, aumentar el número de animales para ayudar en un programa de reproducción».

Ahora, los brasileños se encuentran en su segunda etapa de desarrollo. El siguiente paso para los investigadores es conseguir el visto bueno oficial de los organismos competentes. Gestionar toda la burocracia y el papeleo podría llevarles poco más de un mes. «Es un proyecto a largo plazo», informaba Pelles.

Redacción QUO