Y cuanto más fuerte es el disparo (120 decibelios), antes corren. Según los investigadores de la Universidad de Alberta, la ventaja de la primera calle puede dar o quitar una medalla, pero también tiene utilidad para los enfermos de párkinson. Un sonido fuerte podría usarse para romper las situaciones de “congelación” del movimiento que suelen tener.

Redacción QUO