Cualquiera que tuviera uso de razón a principios de los 80 recordará Retorno a Brideshead, la adaptación de la delicada novela de Evelyn Waugh que se convirtió en una de las mejores series de la historia de la televisión. Ahora, cuando el cine mira a la que durante mucho tiempo fue su hermana menor, la televisión, para crear películas oportunistas e innecesarias de series como El superagente 86 y Embrujada, llega a nuestras pantallas la versión cinematográfica de Retorno a Brideshead. Aunque, afortunadamente, en este caso no se trata de una mera operación comercial como los títulos mencionados, sino de un filme de calidad que pretende ofrecer una nueva visión de una de las novelas más prestigiosas de la literatura británica. Retorno… cuenta la historia del capitán Charles Ryder (Matthew Goode), arquitecto y oficial del Ejército británico que, durante la II Guerra Mundial, recibe la orden de instalar un puesto de mando en la abandonada mansión de Brideshead. Casualmente, Ryder pasó allí algunos de los días más felices de su juventud, ya que fue amigo de Charles, el hijo menor de la familia propietaria, y estuvo enamorado de su hermana, Julia. El personaje de Ryder evoca, así, los recuerdos de aquellos tiempos, en los que se mezclan un amor prohibido, los viajes a Venecia y la decadencia de toda una clase social (la aristocracia). A priori solo cabe ponerle dos peros a esta versión cinematográfica firmada por Julian Jarrold: que el recuerdo de la serie pesará demasiado en la memoria y que tal vez dos horas no sean metraje suficiente para atrapar todo el caudal de emociones que transmite la novela de Waugh.
Redacción QUO