A pesar de la leyenda popular, no es cierto. En la tumba del gran Groucho sólo figura su fecha de nacimiento y muerte, nombre y apellido y una sencilla estrella de
[image id=»65885″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]David. Fue en una entrevista cuando el entrañable actor pronunció la conocida frase. También afirmó que le encantaría ser enterrado sobre el féretro de Marilyn Monroe… pero ninguna de estos dos deseos le fue concedido.
Falleció en 1977, y cinco años después un desconocido robó sus restos. Semanas después aparecieron en la puerta de un parque de los Ángeles. Nunca se sabe quién las robó ni con qué fin. Desde entonces, nadie sabe el paradero dónde están escondidas, aunque sí que están en algún lugar del Eden Memorial Park.
*Publicado en Quonectados
Redacción QUO