La ciencia por sí misma quizá sea una materia demasiado árida para servir de base a una película de éxito. Pero la vida de los grandes científicos ya es harina de otro costal. Y la prueba de ello es la abundante lista de películas sobre la materia, en la que podemos encontrar desde biografías contadas de la forma más académica y tradicional (como la de Madame Curie dirigida por el competente Mervyn LeRoy y protagonizada por Greer Garson) hasta auténticas “cachondadas” como Insignificance, en la que el director Nicolas Roeg fantaseaba sobre un imposible romance entre Albert Eisntein y Marilyn Monroe.
[image id=»67306″ data-caption=»Lás lágrimas de un científico amante de la ficciónStephen Hawking ya había aparecido como estrella invitada en numerosas series de televisión, incluyendio Star Trek y (convertido en caricatura) en Los Simpsons. Pero, ¿qué habrá pensado al ver la película basada en su vida? Parece ser que su reacción fue muy emotiva, ya que quienes estuvieron presentes en el estreno del filme afirman que el científico lloró al terminar la proyección.» share=»true» expand=»true» size=»S»]Ahora le ha tocado el turno al célebre Stephen Hawking. Su película biográfica lleva por título La teoría del todo, y se centra en la etapa que va desde sus años de universitario hasta el momento en que su enfermedad degenerativa le dejó confinado de por vida a una silla de ruedas.
La película, dirigida por James Marsh, se inspira claramente en la exitosa Una mente maravillosa, en la que Russell Crowe encarnaba al matemático John Forbes Nash, afectado de esquizofrenia paranoide. Ambas se centran, más que en los logros científicos de sus protagonistas, en la tenaz lucha que libraron contra sus respectivas enfermedades y para no dejar que estas les impidieran seguir desarrollando su actividad investigadora.
El largometraje está basado en el libro Travelling to Infinity: my Life with Stephen, obra autobiográfica escrita por la primera esposa del científico, Jane. Y el encargado de llevarla a la pantalla ha sido James Marsh, ganador de un Oscar por el prestigioso documental Man on Wire. Lo que no muestra el filme en ningún momento son escenas alusivas a la intimidad sexual de la pareja. Y esto es así porque esa fue la única condición que la autora, Jane, puso para permitir que su libro se convirtiera en película. Así que, absténganse los amantes del morbo.
Redacción QUO