Ni un universo tan sofisticado como el de las carreras de coches y de motos escapa al pánico que produce el número 13. De hecho, en la Fórmula 1, desde 1950 solo dos pilotos lo han lucido en sus coches: Moisés Solana en 1963 y Divina Galica (una de las pocas mujeres que han competido en esta categoría) en 1973; y ninguno disputó su segunda carrera. Pero cada piloto tiene sus manías. Valentino Rossi, antes de cada carrera se humedece los dedos y se frota los ojos con ellos. “Además de traerle suerte, ese ritual templa su espíritu y acelera su mente antes de subir a la moto”, cuenta Mat Oxley en su libro Valentino?Rossi Motogenius.

Redacción QUO