Hay papeles con mal fario que pocos quieren interpretar en el cine. Como el de Superman, considerado un imán de desgracias. Su mala fama se debe a que George Reeves, el primer actor que encarnó al superhéroe, fue asesinado en 1959; y su sucesor, Christopher Reeve, quedó tetrapléjico en un accidente. Por eso, cuando en 2004 se rodó Superman returns, las grandes estrellas dijeron que no al personaje. Al final, fue el desconocido Brandon Routh quien se atrevió a interpretarlo. Su carrera aún no ha levantado el vuelo.
Redacción QUO