En 2008 una cueva que había permanecido ignorada durante más de 15.000 años, se descubrió debido a obras para urbanizar la zona. Se trata de la cueva Manot, en el norte de Israel.Allí se desenterró un cráneo cuya datación podría mostrar que Homo sapiens y Homo neanderthalensis convivieron en la zona.
Durante cinco años se excavó en Manot y se descubrieron herramientas de piedra y diferentes niveles de ocupación que van de hace 55.000 años hasta 27.000 años. Pero lo que más centró la atención de los investigadores de las universidades de Ben Gurion y Tel Aviv fue un cráneo con una antigüedadde 54.700 años, según revelaron dos métodos diferentes: el de carbono y el de uranio-torio. El problema es que ambos sistemas tienen un error aproximado de unos 5.500 años y se precisaba un dato extra para confirmar de modo más preciso. La importancia de determinar con exactitud la fecha tiene que ver con que los cráneos encontrados en la cueva muestran evidencias de intercambios entre ambas especies.
El equipo liderado por la Dra. Elisabetta Boaretto, seleccionó cuidadosamente diferentes trozos de carbón para ubicar en el tiempo la ocupación de la cueva con mayor precisión y el resultado final es de unos 55.000 años. De este modo, el cráneo constituye una de las primeras evidencias de los humanos habitando esta región junto a neandertales.
El siguiente paso es encontrar más restos que confirmen los datos obtenidos y así demostrar que el dueño de la osamenta podría ser el ancestro de los modernos humanos que salieron de África.

Redacción QUO