El diario The New York Times ha publicado una información según la cual, una fuente militar cercana a la investigación sobre el accidente de aviación ocurrido en Los Alpes, ha manifestado que las grabaciones del vuelo revelan que uno de los pilotos habría salido de la cabina por algún motivo desconocido y que, al regresar, no pudo acceder a ella. Según dicha fuente, se escucharía incluso como aporrea la puerta de acceso y trata posteriormente de derribarla.
Tras el 11 de septiembre, las cabinas de los vuelos comerciales con más de sesenta pasajeros van equipadas con una puerta blindada de seguridad. De hecho, Airbus ha publicado un vídeo que ilustra como funcionan dichas puertas y el protocolo que hay que seguir y que (con escasas variaciones) es el mismo en todas las compañías.
En Quo, nos pusimos en contacto con Borja Díaz Capelli, miembro del Colegio Oficial de Pilotos de Vuelos Comerciales, quien nos confirmó que, tal y como se explica en el vídeo: «Dicha puerta está cerrada durante todo el vuelo. En caso de que cualquier miembro de la tripulación quiera acceder a la cabina, tiene que pedir permiso a los pilotos a través de un interfono, y estos abrirán la puerta dejándole acceder. Pero si no se sigue ese protocolo y la persona en lugar de usar el interfono golpea la puerta, o la aporrera, los pilotos no abrirán. De todas formas, estas puertas también cuentan con una mirilla que permite a la tripulación de la cabina ver quien está al otro lado».
En el caso de que uno de los pilotos tenga que salir de la cabina por algún motivo, Díaz Capelli nos confirmó que para volver a acceder a la misma está en posesión de un código secreto que le permite abrir la puerta blindada. «Solo el compañero que está dentro de la cabina puede impedirle que entre, si ha detectado algo extraño, accionando otro código que bloquea la puerta inutilizando el primero», explica el experto. ¿Pero podría suceder que dicho acceso fuera imposible porque la puerta se averiase? «Los fallos técnicos siempre son un riesgo pero, antes de cada vuelo los pilotos siempre comprueban que el mecanismo de apertura funciona correctamente. Además, como última solución, al igual que todas las puertas, esta también cuenta con un pomo que permitiría al piloto que está en el interior de la cabina abrirla manualmente».
Recientemente, a raíz del suceso del avión de Malasya Airlines desaparecido en 2014, y sobre el que se especuló que algo extraño (tal vez una pelea…) pudo haber sucedido en el interior de la cabina de los pilotos, algunos medios de comunicación se plantearon si las medidas de seguridad para impedir el acceso al ser tan excesivas podrían haberse convertido en un riesgo añadido. Borja Díaz Capelli no lo cree así. «No pienso que las medidas sean para nada excesivas. La seguridad en los vuelos tiene que adaptarse a los tiempos y hoy, la amenaza de atentados es muy real. Por eso, la cabina tiene que ser un lugar protegido. Por supuesto que no existe el protocolo perfecto y habrá que ir mejorándolo con lo que nos enseña cada suceso. Tampoco olvidemos que siempre existe un factor de riesgo imprevisible», nos explicó Capelli.
Finalmente, el experto nos confirmó que la mayoría de los vuelos están instalando cámaras de vídeo para grabar lo que sucede en el interior de las cabinas y en sus aledaños. Capelli desconoce si el vuelo siniestrado en Los Alpes las llevaba pero, si fuera así, quizás peuda aparecer la grabaciónq ue nos revel, más allá de cualquier hipótesis y especulación, lo que realmente sucedió.
Redacción QUO