Suficiente, sería la respuesta correcta. Aunque, también, era menos de la que se creía. Un reciente estudio realiado por Tia Ghose, investigadora de la Universidad de Illinois, y cuyos resultados se han publicado en la revista Live Science, ha demostrado que estas maravillas de la ingeniera de los antiguos romanos eran capaces de transportar una media de 1.400 litros de agua por segundo.
La cantidad es muy inferior a lo que siempre se había pensado, ya que se creía que estos ingenios podían llevar el triple de agua. Pero, lo cierto es que no resulta despreciable ya que, según los investigadores, con ella se podía garantizar el suministro diario de una de las antiguas ciudades romanas.
La causa de que el volumen de agua transportada sea menor se debe al travertino, nombre que recibe un tipo de sedimentos de calcio que se formaban en los acueductos con el paso del tiempo. Aunque los romanos trataban de limpiarla una vez al año, nunca lograban quitarla del todo, ya que esta capa sedimentaba de tal forma que ralentizaba la cantidad de agua que podía circular a través de estas canalizaciones.
Redacción QUO