Lo mismo salvan vidas tras un terremoto, que se «codean» con los científicos del CERN. Estamos hablando de las llamadas monjas kung fu, las acólitas femeninas del monasterio budista de Drukpa, en Nepal, que está considerado el primer templo que abandonó el patriarcado y que, pese a admitir también varones, se ha centrado principalmente en acoger devotas de sexo femenino. Y allí, entre sus muros, estas «monjasbudistas» además de dedicarse a cultivar las facetas más espirituales, también son adiestradas en las artes marciales.

Estas mujeres se han convertido además en una especie de heroínas nacionales, ya que tras los terremotos que sacudieron el país el pasado mes de abril, han colaborado activamente en las tareas de rescate y han atendido y consolado a muchos de los heridos y afectados.

Pero su fama no conoce fronteras y, ya en 2012, cuarenta de ellas fueron invitadas a visitar las instalaciones del CERN, donde hicieron una demostración de su habilidades para el combate ante los científicos que allí trabajan.

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Redacción QUO