Entre las muchas curiosidades de Roma están las llamadas estatuas parlantes. Por supuesto, estas figuras de piedra, como objetos inanimados que son, no tiene la capacidad de pronunciar una sola palabra, pero por las más diversas razones, desde hace siglos los habitantes de la ciudad las utilizan como una especie de medio de comunicación, colocando en su base papeles con mensajes dirigidos a otras personas.
Una de esas estatuas es la que lleva el nombre de Pasquino, y tiene la particularidad de que todos los mensajes que se dejan en ella son insultantes o de carácter ofensivo. De hecho, de su nombre ha derivado la palabra «pasquín».
Pero, ¿a quien representa esta figura? La verdad es que no se sabe a ciencia cierta. Los historiadores piensan que originalmente era la imagen de un guerrero heleno, pero con el tiempo los habitantes de la antigua Roma la rebautizaron con el nombre que ha perdurado hasta nuestros días. Unos dicen que se lo pusieron en homenaje a un viejo maestro que daba sus enseñanzas en la plaza donde se encuentra instalada (la Piazza Navona) y, otros, que fue en homor del gran Pasquino, uno de los más célebres gladiadores romanos.
Sea como sea, lo cierto es que fue a partir del año 1501 cuando los enemigos del papa alejandro VI (el papa Borgia), comenzaron a usar la base de esta estatua para colocar en ella mensajes anónimos que satirizaban y ridiculizaban al pontífice. La costumbre caló entre la gente y, desde entonces, la figura de Pasquino ha sido el soporte de miles de burlas dirigidas contra reyes, dictadores, políticos y ciudadanos anónimos del más diverso pelaje.
Redacción QUO