Una hecatombe nuclear, un tsunami de proporciones globales, un meteorito, el gran terremoto… Hay varias razones por las cuales deberías saber qué hacer o mejor dicho qué tener a mano en caso que ocurra una devastación de escala planetaria. Todas las agencias de protección sugieren, como mínimo ciertos elementos: agua para tres días, algo de alimento, brújula, mapas, etc. Gran parte del material dependerá de dónde vivas y qué clase de desastre se produzca. Por ejemplo, si vives en la ciudad, una brújula no será tan necesaria como comida…y la regla es inversa si vives cerca de un bosque, donde es posible que encuentres alimentos (dependiendo del tipo de evento), pero es más fácil perderse.
Aunque puede parecer ilógico, uno de los aspectos más importantes de esta bolsa de supervivencia, el salvavidas que nos mantendría a flote durante las primeras jornadas, no es una elección baladí: debe ser resistente, capaz de soportar el maltrato y fácil de cargar en la espalda.
Luego sí comienza la lista de la compra.La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una persona necesita entre 2,5 y 3 litros de agua potable por día. También puede que sea necesario hacerse con una botella plegable y pastillas purificadoras.
Alimentos no perecederos para mantener la energía en caso de competencia por los recursos. También un buen calzado, por si hay que huir o atravesar zonas problemáticas, nadie quiere quedarse herido y rezagado por un esguince o un corte. Un buen saco de dormir y hasta una tienda de campaña no sería una mala idea. Enfrentarse a las dificultades propias de un desastre ya es complejo como para agregarle cansancio y falta de sueño.
Más elementos: fósforos impermeables y yesca, para garantizar un fuego que permita cocina, calentarse y hacer señales. También hay que contemplar una linterna con manivela y resistente al agua. Una navaja suiza, gas pimienta, un silbato y un botiquín de primeros auxilios no resultarán superfluos.
Ahora si lo que quieres es hacer caso a los expertos, lo mejor es fiarte de la Nasa que, para cada misión Apolo equipaba a sus naves con dos mochilas que lo esencial para permitir la supervivencia de la tripulación en el mar hasta por 48 horas. El kit incluye tres contenedores de agua, una baliza de radio con batería de repuesto, tres pares de gafas de sol, seis paquetes de productos químicos desalinizadores, dos luces de supervivencia, una machete y protector solar.
Claro que si el apocalipsis llega de la mano de los zombies, el lugar más seguro será tu propio hogar. Y cruzar los dedos.

Juan Scaliter