Parecía que la misteriosa desaparición del avión de Malaysia Airlines comenzaba a aclararse. Tras la aparición de unos restos en las playas de Isla Reunión, parecía que había quedado claro que pertenecían a la aeronave desvanecida en pleno vuelo. Al menos, así lo confirmó el gobierno malasio. Pero los investigadores no las tienen todas consigo.
La causa de sus suspicacias se encuentra en la pieza más grande encontrada, el flap del ala de un avión. Evidentemente, pertenece a un Boeing 707 como el desaparecido. Pero, ¿estamos hablando del mismo avión? En teoría el flap suele llevar una placa con el número de serie del aparato pero, en este caso, esa placa se ha desprendido, lo que impide identificar el avión. Pero, además, hay otro elemento que desconcierta aún más a los investigadores: los percebes.
La pieza tiene adheridos suficientes moluscos como para hacer una buena mariscada. Según ha declarado Jeff Nichols, uno de los técnicos encargados de la investigación, el flap o flota o se hunde hasta el fondo. Pero el tipo de moluscos adheridos demuestran que estuvo sumergida a una profundidad intermedia, algo bastante insólito para un resto de estas características, que tendría que haberse ido al fondo o quedarse en la superficie.
Probablemente exista una razón lógica que explique estas nuevas incógnitas, aunque los investigadores que llevan el caso prefieren no lanzar conjeturas. Una cautela que no ha sido compartida en la red, donde estos hallazgos han provocado una nueva oleada de teorías conspiratorias en torno a este misterioso suceso.
Redacción QUO