Habla coreano, saca matrícula de honor, triunfa internacionalmente. Lucy Paradise es una de las 101 mentes innovadoras que QUO ha destacado en su último número ¿Es usted una niña prodigio?

Lucy Paradise. Es verdad que se me han dado siempre bien los estudios. Soy muy responsable y me siento mal si no hago los deberes. Ahora estoy estudiando Comunicación Audivisual en inglés y es cierto que saco matrícula de honor. Pero también que lucho por otras cosas, por aquello en lo que creo, por lo que sueño. Y siempre he querido cantar. Entonces, ensayo muchísimo desde pequeña. Me compré una guitarra eléctrica con doce años. Aprendí a tocarla. Me apunté a una escuela de rock y ahí vi que me encantaba la música y ya le decía a todo el mundo que me iba a ser cantante. Me apunté a clases de canto, a la escuela de rock. Conocí a mucha gente de la música y seguí formándome con el fin de dedicarme a lo que me encanta que es cantar y actuar en un escenario. Más que una niña prodigio me considero una luchadora.

– ¿Canta en la ducha?

Sí, claro, siempre. Me gusta mucho cantar baladas. Aunque luego no me gusta escucharlas. Por regla general entono canciones que he escuchado recientemente. Pueden ser coreanas, que haya oído en la radio u otras que me invento yo sobre la marcha. Me gusta improvisar y a lo mejor voy por mi casa y si tengo que decirle algo a alguien, en vez de hablarle, le canto.

– ¿Por qué su interés por Corea?

Hace unos seis años. A mí me gustaba la cultura asiática, sobre todo de Japón. Me leía muchísimos comics manga y anime por internet. Escuchaba música japonesa y bailaba un estilo que se llama para para, que es como aerobic japonés, una especie de coreografías que la gente aprende y baila. Además había muchos salones del manga. Allí me encontraba con todos mis amigos. Compartíamos nuestros gustos por la cultura japonesa, lo que se llevaba, la comida. Y entonces descubrí por Internet un video clip muy visual de una chica coreana. A partir de ahí empecé a investigar más, a buscar canciones, distintos grupos. Acabé muy, muy viciada. Tanto, que empecé a aprender coreano y a ver por Internet sus programas, sus dramas, las novelas… Conocí a gente de allí a través de la web y poco a poco me fui metiendo en ese mundo.Descubrí su comida… me leía todo lo relacionado con ellos. Me encanta su cultura. Me parece fascinante.

– Tanto, que ahora triunfa allí.

Yo lo que hacía, antes de que me fichara mi compañía discográfica, era aprenderme coreagrafías. Cada canción lleva una. Empecé a bailarlas en la calle.Eso a los coreanos les llamó mucho la atención, y más siendo una chica occidental. Enseguida mis vídeos empezaron a tener muchas visitas allí.

– ¿Quién compone sus canciones?

Empecé a trabajar hace cuatro años con un productor sevillano, Juan Manuel Mantecón. Me pasaba la música y yo le hacía las letras. Siempre en inglés y con cosas en coreano. Tengo alguna versión en español, pero yo no estoy muy cómoda cantando en castellano. El idioma del pop es el inglés. Por lo menos para el estilo que yo hago, que es un poco electrónico, que es el… pop coreano.

– ¿Qué tiene usted que no tengan otros cantantes pop?

El toque asiático, de Corea. Es una cultura poco conocida. Soy una friki de Corea.

– ¿Qué hay que cambiar en el mundo de la música?

Que la gente esté más abierta a otros estilos nuevos porque hay muchas cosas por conocer que a lo mejor les gustan. Yo descubrí Corea y no he podido quitármelo de la cabeza.

– ¿Con quién le gustaría hacer un dueto?

Mi cantante favorito es G-Drago, un coreano que me encanta. Sería un sueño para mí.

Marta García Fernández