Sólo pesaba entre 4 y 5 kilos, vivió hace 11,6 millones de años y acaba de revolucionar el ya complejo árbol genealógico de los primates. Los 70 restos fósiles de esta hembra fueron descubiertos en 2011 enel vertedero de Can Mata (els Hostalets de Pierola, Barcelona) y el estudio que la describe como un nuevo género se publica hoy en la revista Science.
Los autores, un equipo de investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont encabezado por David M. Alba, explican que sus características físicas la sitúan en un momento anterior a la divergencia entre los homínidos (grandes antropomorfos y humanos) y los hilobátidos (gibones). Hasta ahora, se creía que esa separación se produjo hace 17 millones de años, por lo que el hallazgo de Pliobates cataloniae, como ha sido bautizado este ejemplar, ha supuesto una gran sorpresa.
Su condición de antepasado común viene avalada por la presencia de rasgos que le asemejan tanto a homínidos como a hilobátidos. Entre los primeros destacan su cráneo y la relación entre el tamaño cerebral y el del cuerpo, así como una muñeca que le habría permitido un cierto desplazamiento por las copas de los árboles. Sin embargo, la forma del codo no le habría dejado colgarse de las ramas, como lo hacen los monos actuales.
Por otra parte, el cráneo se parece mucho al de los gibones de nuestra época. «El origen de los gibones es un misterio debido a la falta de registro fósil, pero hasta ahora la mayoría de cientí!cos pensaban que su último antepasado común con los homínidos debía ser de gran tamaño, ya que todos los hominoideos fósiles indudables encontrados hasta ahora lo eran», explica David M. Alba. Pero Pilobates era pequeña, vivía esencialmente de fruta y, claro, nunca supo que iba a revolucionar las teorías sobre nuestra evolución.
Pilar Gil Villar