Asexuales e hiposexuados tienen sus correspondientes en el otro extremo de la tabla con los hipersexuados. Estos últimos son aquellos con una gran cantidad de deseo; los que tienen ganas a todas horas, vamos. Son personas, explica Carolina Muñoz, psicóloga-sexóloga del Instituto Espill, que “presentan una selectiva focalización de su atención hacia los estímulos sexuales, así como altos niveles de deseo y de motivación sexual, y tienen una alta frecuencia de actividad sexual”. Un error frecuente es confundirlos con los sexoadictos, ya que, como señala Francisco Cabello: “Hay mucho mito en torno a esto, sobre todo desde que famosos como Michael Douglas y David Duchovny se autoconfesaron adictos. Quienes lo son sufren síndrome de abstinencia, y sus actividades sociales se ven claramente alteradas: pierden su trabajo, su familia, su casa… por culpa del sexo. Es, por otra parte, una adicción que casi siempre se da asociada a la cocaína”.
Y aún hay un paso más allá: el Síndrome de Excitación Sexual Persistente (PSAS). Afecta solo a las féminas, y su consecuencia es una excitación genital espontánea y persistente. En internet se puede seguir el caso de Michele Thompson, una estadounidense que afirma tener 300 orgasmos al día. Otro caso parecido es el de Jeannie Allen, fundadora de un grupo de ayuda online para mujeres con este síndrome. El PSAS se considera un trastorno psicológico, y las mujeres que lo padecen frecuentemente prefieren (por pudor) no informar de ello. También acuden a tratamiento los sexoadictos y los hiposexuales. Así pues, nos queda el término medio, el centro en el que habita, por fortuna, la mayor parte de la población. La encuestas afirman que la media de frecuencia está entre 1 y 2 coitos por semana, y que duran unos 16 minutos.
Las mujeres se declaran en un 54% satisfechas de su vida sexual. Pero solo el 44% de ellos está contento. “Muchos hombres han interiorizado que si no tienen sexo dos veces a la semana, es que algo está pasando; lo viven como una necesidad, y cuando cumplen con esas dos veces ya piensan que todo va bien, que sigue funcionando”, explica San Martín. Esto es una fuente importante de conflicto, ya que para ellas el sexo es más cuestión de calidad. Como dice Halle Berry: “La frecuencia no lo es todo; estoy a favor de la intensidad”.

Redacción QUO