En estos días, los acordes de La Marsellesa resuenan en prácticamente todo el planeta. Pero, el himno de Francia es desde hace muchísimo tiempo una canción familiar para nuestros oídos. ¿Quien no recuerda, por ejemplo, la célebre escena de Casablanca en la que la entonan los patriotas franceses?
Para conocer su orígen hay que remontarse hasta el año 1792, cuando Francia entró en guerra con Austria. El 24 de abril de ese año, el alcalde de Estrasburgo le encargó a Rouget de Lisle, un capitán del cuerpo de ingenieros aficionado a la música, que compusiese un himno para arengar a las tropas. Y el resultado fue la canción que todos conocemos pero que, por aquel entonces, fue bautizada cómo el Canto de Guerra para el ejército del Rin. En junio de ese año, el himno empezó a ser cantado por las tropas que partían de Marsella y, cuando esos soldados entraron en París entonando la canción, todo el mundo empezó a conocerla con el nombre de La Marsellesa.
En 1795 se convirtió en el himno nacional de Francia, pero fue prohibida durante el Imperio y la Restauración. En 1870, la Tercera República le restituyó su honor de himno oficial, pero La Marsellesa volvió a ser prohibída durante la ocupación alemana. Finalmente, en 1958, la Constitución Francesa la proclamó nuevamente himno oficial de la nación.
Redacción QUO