Cuando no existe una pantalla de cine propiamente dicha, se puede proyectar una película sobre muchos sitios. Una pared es lo más socorrido, pero también sirve una sábana. Aunque lo que no se le había ocurrido nunca antes a nadie es proyectarla sobre una tormenta de nieve.
Y eso fue precisamente lo que ha hecho un estadounidense llamado Brian Maffitt, quien proyectó la película de dibujos animados Lorax: en busca de la trúfula perdida sobre los copos de nieve de una ventisca. Y el resultado fue realmente espectacular y psicodélico, ya que las imágenes literalmente se disolvieron formando un caleidoscopio de formas y colores.
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Redacción QUO