El 15 de diciembre, el astronauta británico Tim Peake se subirá a bordo de una nave Soyuz para llegar a la Estación Espacial Internacional (ISS). Cuatro meses después, el 24 de abril, Peake correrá, desde una cinta y a unos 400 kilómetros de altura, la maratón de Londres.
Correr en una cinta es parte del programa de ejercicios que muchos astronautas realizan a bordo de la ISS para combatir los efectos de la microgravedad. Y para Peake no será su primera maratón: 16 años atrás completó también la de Londres con un tiempo de 3 horas y 18 minutos, una cifra muy decente si tenemos en cuenta que no se trata de un deportista profesional, cuyos registros apenas sobrepasan en minutos, las dos horas.
“No creo que vaya a batir ninguna marca personal – explica Peake en una reciente entrevista –. Mi objetivo es completar el recorrido entre las 3.30 y las 4:00 horas. El propósito es hacer conocida las iniciativas de The Prince’s Trust (organización británica que trabaja por la inclusión de los jóvenes) y por ello formo parte de un equipo que también correrá la maratón. Pero en la Tierra”.
El mayor problema de Peake no será el tiempo, sino evitar no flotar. Para ello utilizará un arnés anclado a la cinta que no le impide moverse pero sí lo mantiene sujeto a la plataforma de correr. Afortunadamente para él no se trata de un experimento nunca hecho. En 2007, la astronauta de la Nasa, Sunita Williams corrió la maratón de Boston también en la ISS.
El antiguo piloto de helicópteros de la armada británica comenzará la carrera a las 10:00 de la mañana, al igual que los más de 37.000 participantes que se encontrarán en los jardines de Greenwich, en la capital de Inglaterra. Frente a la cinta contará con una pantalla que mostrará imágenes digitales de las calles de Londres, lo que en cierto modo le permitirá compartir lo que sucede. Solo que él estará a 400 kilómetros de altura y desplazándose a 27.000 kilómetros por hora. A esa velocidad y altura, es lógico pensar en una carrera de otro mundo.
Juan Scaliter