Un halo azul estalló como si fuera una nebulosa. Pero lo más sorprendente fue el silencio, completo, total. Y luego el viento, la tierra moviéndose hacia la explosión. O viceversa”. Así describe el fotógrafo Porter Tinsley el momento del que fue testigo cuando el pasado noviembre el Ejército de Estados Unidos lanzó un misil Trident desde la costa de California y sus habitantes vieron cómo y cuánto se iluminaba el cielo. Una explosión nuclear sería, sin duda, un espectáculo inolvidable. Al menos durante los segundos que se sobreviva a él. Justamente eso es lo que plantea Fallout 4, el videojuego que explora la posibilidad de que la humanidad sobreviva durante décadas a una hecatombe atómica.

La potencias nucleares aún guardan unas 17.000 cabezas en su arsenal

¿Cómo vivirías ese primer instante de caos e insospechada belleza? Muchos se quedan paralizados por el esplendor del espectáculo, que es el último que verán. Pero tú llegas a un refugio donde tienes todo lo necesario: agua, alimento, combustible, protección y hasta entretenimiento y compañía. Esos son los recursos que te permitirán enfrentarte al invierno nuclear y esperar que las condiciones en el exterior sean menos agresivas para la vida. Allí permaneces durante décadas, obteniendo armamento, realizando alianzas y preparando tu cuerpo hasta que comienza, de veras, el juego: explorar un mundo postapocalíptico.

[image id=»75518″ data-caption=»Traje de etiquetaPara enfrentarse a la radiación y a la resaca nuclear se podrían bañar los trajes en hidrógeno, ya que equiparlos con el plomo de los trajes que utilizan los radiólogos equivaldría a llevar unos 40 kilos encima. Otra opción es un traje CBRN (por las iniciales de químico, biológico, radiológico y nuclear). Se basan en diferentes capas que actúan repeliendo distintos materiales.» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Corre por tu vida
¿Cómo de potente debería ser el conflicto para que te refugies 40 años? Para contestar esta pregunta, salimos del videojuego y preguntamos a científicos que han encontrado la respuesta mediante simulaciones. Teniendo en cuenta la potencia actual de la India y Pakistán, una guerra nuclear entre ambas naciones generaría al menos 100 explosiones equivalentes a la de Hiroshima. Y sus consecuencias a nivel planetario serían devastadoras: la atmósfera se llenaría con 5 millones de toneladas de cenizas de negro de carbón, un material que se obtiene de la combustión incompleta de combustibles fósiles. Y un cancerígeno muy peligroso. Esto provocaría un descenso en las temperaturas de hasta dos grados y una reducción en las lluvias, a nivel global, de casi el 10% en los siguientes cinco años. La consecuencia más grave sería la destrucción casi completa de la capa de ozono, lo que dejaría a la Tierra vulnerable ante la radiación ultravioleta.

O te ocultas, o te conviertes en mutante
El efecto inmediato es cáncer de piel en la población que no llegó a los refugios y mutaciones en el ADN de todas las especies. Estos datos forman parte de una simulación realizada por científicos especializados en el estudio de la atmósfera y el medio ambiente, publicada en Earth’s Future.
La decisión de utilizar 100 explosiones nucleares como parámetro parte de un estudio de 2013 realizado por International Physicians for the Prevention of Nuclear War (médicos internacionales por la prevención de la puerra nuclear), en el que se estima que un centenar de bombas como la mencionada llevarían a la muerte por desnutrición a dos mil millones de personas.

Según las cifras de ambos estudios, nuestro planeta tardaría entre quince y veinte años en recuperarse del holocausto. Por lo tanto, la tesis de Fallout es lógica.
Basado en esto, la Asociación Química Americana (ACS, por sus siglas en inglés) ha dado con tres respuestas fundamentales para sobrevivir a un entorno como el que describe el videojuego. Y la clave para la supervivencia reside en el triunvirato de: tiempo, distancia y refugio. Esto significa que la gente debe huir lo antes posible, lo más lejos posible y a un refugio seguro.
Lo primero, por lo tanto, es asegurar un refugio que pueda autoabastecerse durante, al menos, 20 años. Donde fuera posible, lo ideal sería construirlo a unos 70 metros de profundidad, pero si no es posible excavar, hay otras opciones.

[image id=»75519″ data-caption=»El supermercado nuclear Así luciría la “despensa de productos frescos” en un refugio. Almacenar en neveras consumiría mucha energía y precisaría un gran espacio. » share=»true» expand=»true» size=»S»]

La NASA ha desarrollado escudos de radiación para sus vuelos espaciales y uno de los mejores candidatos, en términos de materiales, son los nanotubos de carbono. A igual peso, estos nanotubos son 100 veces más resistentes al calor, la presión y la radiación que el acero.

La otra opción es utilizar materiales disponibles para su construcción siguiendo la ley de reducción a la mitad: 1 cm de plomo reduce al 50% la exposición a los rayos gamma (2 cm le quitan un 25% más, 3 cm un 12%, 4 cm un 6%, etc.), al igual que 6 cm de cemento, 9 cm de tierra o 150 metros de aire.

Un troglodita nuclear
Ya te encuentras en el refugio. Estás a salvo. Pero no estás solo. Y tendrás que vivir allí décadas. Lo primero que piensas es en alimento y energía. Pero también deberías contemplar la gestión de residuos (mil personas producen mucha basura orgánica), cómo gestionar los cadáveres de aquellos que mueran durante la estancia, el entretenimiento, la educación, la energía…
Respecto a cómo alimentarse, la posibilidad más acertada sería recurrir a la acuaponía, una combinación de cultivo de peces y vegetales: los peces producen mucho nitrógeno, pero si no se elimina, se convierte en amoníaco, que es tóxico.

[image id=»75520″ data-caption=»Realidad vs. ficciónLa hija del californiano Ron Hubbard demuestra el sistema de purificación de aire en el refugio que su padre instaló cerca de su casa. Los refugios de este tipo, familiares, se venden en Estados Unidos, por 25.000 €. » share=»true» expand=»true» size=»S»]

Las plantas, a su vez, necesitan el nitrógeno para vivir. Y lo absorben del generado por los peces, evitando que se convierta en amoníaco.
Este ciclo contribuye también a purificar el agua para los animales. Respecto al líquido apto para consumo humano, se puede recurrir, según los químicos de la ACS, al óxido de grafito.
Queda, por lo tanto, el tema de la energía: en el juego, el refugio 8 utiliza energía nuclear, mientras que el 11 se sirve de la geotérmica. Otra opción es recurrir a celdas de combustible, por ejemplo hidrógeno, que no solo serían capaces de producir calor y electricidad, sino también, mediante reacciones químicas, producen agua.

Todo el sistema está a punto y, pese a ello, seguramente la ansiedad por salir será enorme. Oculto bajo toneladas de tierra o encerrado tras muros de acero, cemento o nanotubos de carbono, sin contacto con el exterior… ¿Cómo sabes cuándo puedes salir?

¿Respirar aire puro? Falta mucho aún
Siete horas después de la explosión, la radiación se reduce dividiéndose por un factor de 10. A las 49 horas, por uno de 100, a las dos semanas por mil, y a las 14 semanas siguientes a la explosión, por un factor de 10.000. Por lo tanto, a las dos semanas ya puedes hacer alguna excursión de pocos minutos, siempre guarecido con un traje protector, pero te faltarán años para poder aventurarte sin la necesidad de proveerte de alguna ayuda externa en el nuevo planeta. Con suerte, y si has sido suficientemente previsor, en el refugio quizá puedas entretenerte jugando al Fallout 4.

Juan Scaliter