Muchos de nosotros crecimos escuchando historias clásicas como La Bella y la Bestia, El enano saltarían (Rumpelstiltskin en su versión original), Caperucita Roja, etc. sin pensar que en verdad su origen no se remonta a los hermanos Grimm o un par de siglos antes, sino a la Edad del Bronce. Así lo afirma un estudio publicado en Royal Society Open Science.
Sus autores, Jamie Tehrani, de la Universidad de Durham, Inglaterra y Sara Graça da Silva, de la Nueva Universidad de Lisboa, Portugal, analizaron 275 relatos basados en la magia (de una base de datos que incluye 2.000 tipos distintos de cuentos). Este tipo de historias incluyen personas u objetos con poderes sobrenaturales y son los más comunes entre las fábulas populares.
“Estas historias son mucho más antiguas que la primera evidencia literaria de ellas – explica Tehrani – . Cuando los lingüistas estudiamos la evolución de una lengua, recorremos la estructura gramatical y fonética a lo largo del tiempo. Lo que nos interesaba era hacer algo similar con elementos culturales”. Para ello examinaron la relación entre los cuentos populares, los idiomas de diferentes regiones y cómo aquellos se habían compartido entre pueblos vecinos. Eso les dejó con 76 relatos a los que era posible darles una fecha de nacimiento, al menos aproximada.

“Lo que este método nos permite – señala Tehrani – es rastrear el origen dedimensiones fundamentales de la cultura humana, mucho más atrás de lo que la evidencia física nos muestra”.
Las conclusiones del trabajo apuntan a que el cuento popular más antiguo sería El herrero y el diablo, cuyo nacimiento se puede relacionar con las lenguas protoindoeuropeas, 6.000 años atrás, mientras que La Bella y la Bestia o El enano saltarín, tendrían “apenas” entre 3.000 y 4.000 años de vida. Tehrani ya tiene experiencias en estas lides, él fue quien investigó también el origen de Caperucita Roja, cuyas raíces se remontan, casi mil años atrás a una historia titulada: La abuela Tigre.

Juan Scaliter