En España hay un refrán que dice «el muerto al hoyo y el vivo al bollo». Lo que posiblemente no se imaginó Vladimir Lenin es que su hoyo iba a ser un mausoleo donde turistas curiosos y seguidores irían a verle ocho horas al día. Así es como Rusia mantiene al principal dirigente de la Revolución de Octubre de 1917.
La agencia estatal de contratación rusa publicó este martes en su página web el presupuesto que iba a destinarse este año para contratar un proveedor que realice el «trabajo biomédico de conservación del cuerpo de Vladimir Lenin para que parezca que sigue vivo«. Según detallan este será de nada menos que trece millones de rublos, lo que viene a ser unos 178.000 euros.
El cuerpo embalsamado se expone en un mausoleo ubicado en la Plaza Roja de Moscú desde el año 1924. Durante estos 92 años, los científicos rusos han tratado de mantener en el mejor estado posible el cadáver de Lenin rociándole con continuas capas de fluidos bioquímicos que consiguen mantener el embalsamamiento. Además, como labor de mantenimiento, le cambian el traje cada tres años.
Para muchos, la tumba de Lenin es un símbolo de los logros de la Unión Soviética. Para otros, no tanto. Según una encuesta realizada recientemente por Internet en la que participaron 8000 voluntarios rusos, el 62% está a favor de enterrarlo, una idea que siempre ha sido rechazada frontalmente por el Kremlin.
Fuente: bbc.com
Redacción QUO