Hazte una pregunta sencilla: ¿cuánto contenido original hay en las redes sociales y cuánto es algo que alguien ha compartido?Ese es el interrogante que se hicieron un grupo de expertos de las universidades de Beijing y Cornell. “La mayoría de la gente – explica la especialista en psicología Qi Wang y líder del estudio – ya no publica ideas originales. Simplemente compartimos lo que leemos de nuestros contactos. Pero esto tiene una desventaja: interfiere con otras cosas que hacemos”.
El equipo de Wang dividió en dos a un grupo de voluntarios y los sometió a las siguientes pruebas. En la primera, ambos grupos leían mensajes de Weibo, el equivalente chino de Twitter. Uno de los grupos podía compartir o pasar al siguiente mensaje. El otro solo podía pulsar siguiente. Al finalizar la lectura se les realizó un cuestionario de comprensión sobre lo que habían leído y el primer grupo cometió dos veces más errores que el otro.
Los investigadores especularon que se trataba de una sobrecarga de información y llevaron a cabo una segunda evaluación que consistía en leer más mensajes de la red social y luego un artículo de divulgación que debían explicar. Y nuevamente sucedió lo mismo. “Cuando existe la opción de compartir – señala Wang en un comunicado – tomar esa decisión consumo recursos cognitivos. Compartir lleva a una sobrecarga de datos que interfiere con la tarea posterior. En la vida real, los alumnos que navegan por la red compartiendo información y luego realizan un examen, obtienen peores resultados”.
Las conclusiones del estudio han sido publicadas en Computers in Human Behavior.
Juan Scaliter