En humanos y simios, la flora intestinal no fue adquirida simplemente en el medio ambiente, sino que ha evolucionado con nosotros (y nuestros parientes evolutivos más cercanos) durante millones de años para ayudar a dar forma a nuestro sistema inmunológico. Así lo afirma dos recientes estudios publicados en la revista Science. Los investigadores, de universidades de Francia y Estados Unidos, junto a expertos del Instituto de Investigación del Genoma Humano, desarrollaron un método para comparar la rápida evolución de las secuencias de genes de bacterias en muestras fecales y lo ha aplicado en chimpancés de Tanzania, bonobos de la República Democrática del Congo, gorilas de Camerún y también en humanos.
Esto les permitió contrastar los árboles genealógicos de varios linajes bacterianos y demostrar que coinciden estrechamente con los patrones evolutivos de sus huéspedes. De hecho las distintas especies de bacterias rara vez se transfiere de unos a otros. Esto sugiere que las bacterias han evolucionado siguiendo patrones propios de sus huéspedes y que las bacterias intestinales que residen dentro de los humanos actuales descienden de bacterias simbiontes ancestrales.
Los resultados abren el camino a nuevas investigaciones que se centren en los procesos evolutivos que subyacen a las relaciones simbióticas únicas entre nosotros y nuestros microbios. Y a intentar responder a una pregunta clave en este sentido ¿Cómo llegaron las bacterias a nuestros intestinos?
Artículo 1: Cospeciation of gut microbiota with hominis.
Artículo 2: Hominid superorganisms.

Juan Scaliter