«Yo tenía trece años cuando escuché una voz de Dios». Fue esta afirmación de Juana de Arco cuando solo tenía 13 años, la que le convirtió en el «pulpo Paul» de la época. Apartir de ahí, cada voz que escuchaba se convertía en una orden para muchos, cuestión que dio lugar a escenas como el asedio de Orleans o la campaña del Loira. Estas voces fueron las que convirtieron a una mujer en una heroína militar en el s. XV.

La cuestión es, ¿de dónde procedían en realidad esos consejos aparentemente divinos? Según una nueva teoría realizada por el doctor Guiseppe d’Orsi, neurólogo de la Universidad de Foggia (Italia) y por Paola Tinuper, profesora asociada de ciencias biomédicas y neuromotoras en la Universidad de Bolonia, el problema que habría tenido la Doncella de Orleans fue un tipo de epilepsia que afecta a la parte del cerebro encargada de la audición (epilepsia parcial idiopática)

Según explican en la revista especializada Epilepsia y Comportamiento, cuando una persona padece esta enfermedad, experimenta convulsiones recurrentes involuntarias. estas convulsiones se deben a un desequilibrio en la actividad eléctrica de las neuronas de alguna zona del cerebro. Esto puede ocasionar que cuando una persona con epilepsia entra en este estado se queda aturdido y confundido. Dependiendo cómo sean las convulsiones y a qué zona del cerebro afecten, la persona puede reaccionar de diversas formas (como oyendo voces que en realidad no están allí).

Según explican D’Orsi y Tinuper, quienes mantienen esta hipótesis desde hace 10 años, se dieron cuenta cuando examinaron la documentación de Juana durante el juicio en el que fue acusada de ser una bruja y una hereje y condenada a morir en la hoguera. Relatos históricos narran algunos detalles de los síntomas que padecía la Doncella de Orleans. Por ejemplo, Juana explicó que a veces oía voces y que había visto a distintos santos como Santa Catalina o Santa Margarita. Los investigadores aseguran que las alucinados auditivas o visuales son síntomas de este tipo de epilepsia.

Además, Juana aseguraba que «el sonido de las campanas» a veces ha dado lugar a las voces. Según los expertos, escuchar ciertos sonidos puede activar en ocasiones un ataque epiléptico.

Uno de los detalles que quita peso a la teoría de los investigadores italianos es que, durante un examen público el 22 de febrero de 1431, Juana dijo que escuchaba las voces dos o tres veces a la semana. Diez días después, en otro examen, afirmó que no había día en que estas le acompañasen. Según los expertos, convulsiones tan recurrentes no son frecuentes en este tipo de epilepsia.

Lo que si parece interesante es que Juana de Arco podría haber experimentado en ocasiones convulsiones durante el sueño: «…Yo estaba dormida, la voz me despertó. Me despertósin tocarme». El 40% de personas que padecen este tipo de trastorno tienen convulsiones durante el sueño.

Para confirmar esta teoría, necesitan un pelo de Juan de Arco para poder hacer un perfil de ADN mucho más fiable.

Fuente: livescience.com

Redacción QUO