Porque allí la dermis y la epidermis son más gruesas (están pensadas para apoyar) y absorben más agua. Ambas capas de piel están casi pegadas en estas zonas, y no cabe mucho líquido entre las dos, así que la epidermis se hincha, y forma arrugas y surcos donde se acumula el agua.

Enviada por Eduardo Moreno, Madrid

Redacción QUO