Nada menos que seiscientas baldosas han sido encontradas en el llamado Monte del Templo, en Jerusalén. Por supuesto, la importancia del hallazgo reside en que no son de Porcelanosa , ya que su antigüedad es mucho mayor. Según los especialistas, formaron parte de los lujosos pisos que decoraron los pórticos del llamado Segundo Templo de Israel, reconstruido y ampliado en la época del rey Herodes (el primero habría sido el del rey David).
Las baldosas estaban bastante deterioradas, y han tenido que ser restauradas para poder apreciar el colorido y las formas de los diseños originales. Están fabricadas con mármol rojo, azul y blanco, siguiendo las técnicas típicas del mosaico romano.
Las piezas restauradas encajan bien con la descripción que el historiador romano Flavio Josefo hizo de la decoración de los suelos del templo. Según sus crónicas, los alrededores del mismo, estaban pavimentados con este tipo de piedras de colores.
Vicente Fernández López