Algunos para ser feliz quieren un camión. Otros, dinero para comprar dicho camión… y lo que se tercie en el camino. Pero un grupo de investigadores de la Escuela de Economía de Londres acaba de descubrir cuál es la auténtica base de nuestra felicidad: nuestra salud mental y el amor. Curiosamente, el equipo británico también descubrió que el dinero y las cosas materiales tienen muy poco impacto en nuestros niveles generales de felicidad y reclaman «un nuevo enfoque para la política pública basada en creación de bienestar en lugar de creación de riqueza».

En su informe, los autores señalan que la satisfacción con la vida entre la población general no se debe al crecimiento económico, razón que se sustrae tras analizar el resultado de las elecciones europeas desde la década de los 70. Por ello, intentaron precisar cuáles eran los factores clave que contribuyen a aumentar la satisfacción social.

Según encuestas realizadas en Australia, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos a 200.000 personas, descubrieron que la salud mental tiene, con mucha diferencia, la mayor influencia. De hecho, la depresión y la ansiedad son responsables del 20% de disminución de felicidad con la vida en la población. Por otro lado, los ingresos representaron menos del 2%.

Los investigadores creen que erradicar la depresión y la ansiedad sería cuatro veces más eficaz que aumentar los ingresos. Suponemos que dichos investigadores no son españoles o están obligados a alimentar varios miembros de la familia con el subsidio de desempleo o los sueldos raquíticos de los españoles.

Dichos resultados serán presentados en una conferencia a finales de este mes. Los autores aseguran que «será el comienzo de una nueva revolución para formular políticas que aumenten la esperanza de la población».

Fuente: iflscience.com

Redacción QUO