Según un nuevo informe publicado por la Agencia Sueca de Productos Químicos (SCA), los juguetes sexuales son menos tóxicos que aquellos fabricados para niños.

Para llegar a estas conclusiones, la inspección de productos químicos de Estocolmo analizó un total de 44 sex toys. Entre todos ellos, solo un vibrador mostró toxicidad ya que estaba elaborado con parafina de cloro, un componente nada saludable para el medio ambiente y además bajo sospecha por ser cancerígeno. Según Frida Ramstrom, inspectora de la SCA, «es la primera vez que realizamos un estudio de este tipo y, lo cierto, es que los resultados son un poco sorprendentes».

Según la inspectora, los vendedores de accesorios sexuales se ciñen estrechamente a las normas sanitarias europeas. Pero no se puede decir lo mismo con aquellos que venden y fabrican juguetes infantiles. Björn Malmström, portavoz de la SCA, reconoció a AFP que la disparidad de la seguridad entre juguetes para adultos y niños se debe que los de estos últimos suelen ser importados por empresas más pequeñas, los cuales tienen menos poder para hacer demandas a los fabricantes. También es probable que se ‘cuelen’ saltándose la legislación.

De todos modos, durante el análisis los expertos se encontraron con la presencia de talatos en tres juguetes para adultos, cuyas concentraciones eran superiores al 0,1%. Si bien estas sustancias son permitidas por la Unión Europea (ayudan a que el plástico sea más flexible) se consideran peligrosos ya que alteran el equilibrio hormonal y la fertilidad.

Fuente: iflscience.com

Redacción QUO