Para su comodidad, el artista francés ha esculpido su forma dentro de la gran piedra. Pasará siete días en la misma postura, que recuerda a la del conductor de un automóvil. Para él, su arte trata de un intercambio de las esencias humanas con las de una roca. El compartirá su respiración con la materia inerte y recogerá la humedad que la piedra desprende. Para los espectadores, debe servir para recordar la intemporalidad de la roca y la finitud de la vida humana.
No es la primera vez Poincheval se mete dentro de un objeto para hacer al mundo partícipe de su vena artística. Ha vivido dentro de unan botella de plástico gigante y de la escultura de un oso como la que uno puede encontrarse en los museos de historia natural. Cuando salga de su piedra, planea encerrarse en una urna de cristal para incubar huevos de gallina. Da que pensar.
Redacción QUO
La clave está en cuánto somos capaces de predecir de la pieza, y hasta qué…
Un nuevo estudio prevé un fuerte aumento de la mortalidad relacionada con la temperatura y…
Los investigadores ha descubierto un compuesto llamado BHB-Phe, producido por el organismo, que regula el…
Un nuevo estudio sobre la gran mancha de basura del Pacífico Norte indica un rápido…
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…