Keylor Navas portero del Real Madrid ha causado conmoción con su nueva imagen, al parecer tras el partido de ayer domingo con la cabeza completamente rapada. El motivo de su decisión fue solidarizarse con los niños que padecen cáncer. «Me corté el pelo por los niños que padecen cáncer. Por sus familias, para que sigan luchando», declaró el futbolista.

Pero, ¿de dónde viene la costumbre de raparse la cabeza por una promesa? El historiador Vicenç Joaquín Bastús i Carrera citaba en su Diccionario histórico enciclopédico, publicado en 1861, que según Ovidio dicha tradición se remonta a las esclavas de la antigua Roma, que prometían ofrecer sus cabellos a los dioses si estos le concedían la gracia de alcanzar la libertad.

Aunque también menciona que, según otras fuentes, el origen de la costumbre también podría encontrarse en Cartago, donde la leyenda cuenta que, ante la falta de cuerdas con las que manejar las catapultas para defenderse de los romanos, las mujeres cartaginesas se deshicieron de sus cabellos para fabricar con ellos las sogas necesarias para el combate.

Pero tampoco hay que olvidar que, en muchas religiones, cortarse el pelo ha sido siempre una especie de ofrenda para alcanzar la gracia divina. Lo es, por ejemplo, en algunos de los cultos de la tradición hindú, como el que se sigue en el templo de Sri Venkateswara, dónde seiscientos barberos rapan las cabezas de los miles de fieles que se acercan en peregrinación. Y también en el cristianismo antiguo. Algunas de las comunidades cristianas del siglo II y III adoptaron la costumbre de afeitarse las cabezas como sacrificio para obtener la gracia de Dios. Los historiadores creen que esa tradición fue la que acabó dando origen al típico afeitado de los monjes medievales.

Vicente Fernández López