Un nuevo concepto se está abriendo camino: el de obesidad digital. Y, contra lo que pudiera parecer a simple vista, no se refiere al aumento de peso provocado por un estilo de vida sedentario, sino a lo que podríamos referirnos como «un consumo excesivo de calorías digitales».O lo que es lo mismo, a la dependencia excesiva de las nuevas tecnologías, y al estar todo el día conectados.
La adicción tecnológica todavía no es un trastorno reconocido clinicamente, pero eso no ha impedido que empiecen a aparecer numerosos estudiosrelativos que tratan de dilucidar, por ejemplo, a partir de cuanto tiempo el uso del móvil o de internet (y sus múltiples herramientas) puede resultar excesivo.
La comparación con la obesidad física nace del intento de mostrar este problema de la forma más gráfica posible al público. Pero, ¿cómo se mide entonces? En megabytes, que serían el equivalente a las calorías de la grasa orgánica.
Centrándonos en España, según un informe sobre hábitos tecnológicos realizado en 2016, los españoles pasamos de media entre tres y cuatro horas conectados. Se podría decir entonces queentre tres y cuatro megabytes uno estaría en su «peso digital» normal. Con cinco hablaríamos ya de sobrepeso y, por encima de esa cantidad de megabytes, la cosa se encaminaría hacia la obesidad. En los casos más extremos se habla incluso de anorexia analógica, para referirse al escaso tiempo que las personas permanentemente conectadas le dedican a lo que se suele llamar «el mundo real».
Sobre los efectos negativos de esta nueva afección hay numerosos estudios. El más reciente ha sido realizado por la Universidad de Michigan y apunta a que también puede afectar a los hijos de los obesos digitales.
Según esta investigación, los padres que pasan un excesivo número de horas conectados (y que no renuncian a ello ni durante las horas de la comida o en el tiempo en el que se suponen que tendrían que dedicárselo a la familia), tienen un mayor riesgo de que sus hijos desarrollen malos comportamiento (tal vez para llamar la atención).
Así que ya sabéis, si queréis que vuestros hijos se porten bien. hay que quemar la grasa digital que sobra en vuestras vidas.
Vicente Fernández López