Aceptará el arquitecto húngaro Emo Rubik, in­ventor del adictivo cubo, al pulpo como animal de compañía?

Porque los cefalópodos sí que aceptan de buen grado este juguete. Al me­nos, los ejemplares de veinte acuarios europeos a los que en verano se les facilitó el cubo, para ver si son zurdos, diestros o si manipulan indistintamente con los tentáculos de uno y otro lado.

Lo que sirvió para desarmar la idea de que tienen cuatro brazos y cuatro patas. Resultó ser que lucen seis brazos, con los que manipulan los objetos, y dos patas, para propulsarse. Eso sí, ningún octópodo resolvió el cúbico puzle.

Redacción QUO