Esta joven china de 26 años, Ms Zhang, solo quería demostrar los beneficios saludables del consumo de la Aloe Vera, pero se equivocó de planta en el mercado y se llevó a casa un Agave Americana, una especie que si no es tratada de forma adecuada puede llegar a ser tóxica.
En un primer momento, en el vídeo se le escucha decir que la planta está muy buena y que es genial, pero le bastaron dos mordiscos para que comenzara a sentirse mal y a darse cuenta de que quizá no se estaba llevando a la boca lo que ella pensaba. Tanto es así, que tuvo que irse directa al hospital porque se le había entumecido la boca y sentía que su garganta estaba ardiendo, de hecho el jugo de la planta ya había hecho efecto en su cuerpo con erupciones y ampollas visibles. Por ello, los médicos tuvieron que hacerle un lavado de estómago para que su estado mejorase.
Ahora se encuentra estable, pero seguro que se lo pensará dos veces antes de volver a intentar grabar en directo este tipo de “consejos de salud”. Pero puede quedarse tranquila, porque no es la única persona que ha confundido esta planta alguna vez. De hecho, al propio Cristobal Colón ya le ocurrió cuando piso tierras americanas por primera vez al creer que esa planta que tenía ante él era Aloe, pero en realidad era Agave. Eso sí, a él no se le ocurrió pegarle un mordisco.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=zb9A6Zons1s[/youtube]
¿Es tan venenosa la planta de Agave?
Aunque parezca mentira, esta planta es muy beneficiosa para el organismo y una vez tratada, su consumo es habitual en México en forma de miel, siropes (aguamiel), infusiones o incluso para la preparación del tequila. Son muchos quienes la usan como planta medicinal por sus propiedades desinfectantes, antisépticas, diuréticas y depurativas.
Pero cierto es que esta planta posee un compuesto conocido como oxalato de calcio, un tóxico que se encuentra en las hojas y en el tallo y que en pequeñas dosis causa sensaciones de quemazón en boca y garganta e hinchazón. Si esas dosis son mayores, pueden derivar en problemas digestivos, dificultad para respirar e incluso producir convulsiones. Una dosis no controlada podría ser letal y causar la muerte.
Fuente: Telegraph
Alberto Pascual García