Del llamado Hombre de Ötzi vamos a acabar sabiendo más que de nuestras propias madres. Prácticamente no hay mes que no salga un nuevo descubrimiento relacionado con esta momia aparecida hace 25 años en los Alpes.
Hasta la fecha, se pensaba que esa cordillera había sido una especie de frontera natural que había mantenidos separados a los pueblos de esa parte de Europa, durante la llamada Edad de Bronce.
Pero unestudio realizado por investigadores de la Padua University y del South Tyrol Museum of Archaeology, en Italia, ha revelado que el metal con el que fue fabricada el hacha de Ötzi procede de un yacimiento situado en el sur de la Toscana, a muchísima distancia de dónde se encontraron sus restos.
En su estudio, que ha sido publicado en la revista Plos One, los investigadores creen que el hallazgo supone una evidencia de que las conexiones entre distintas poblaciones situadas a ambos lados de los Alpes, pudieron haber sido más fluidas de lo que siempre se había creído.
Ötzi podía haber sido, por tanto, un emisario que mantuviese en contacto a ambos grupos humanos. O tal vez. Lo úncio cierto es que, si su hogar era Toscana, tal y como creen los expertos, murió muy lejos de su casa.
Vicente Fernández López