Las agresiones sexuales son un problema cada vez más alarmante en las grandes ciudades chinas. Una preocupante situación que ha hecho que aumenten las ventas de productos para la autodefensa. Y el más llamativo de todos es una especie de lanzallamas portátil que se vende a través de páginas web, o en tiendas físicas de forma más o menos clandestina.

Se trata de un mango que mide unos veinte centímetros y que emite una llamarada que alcanza los 1.000 grados de temperatura. Se recarga con gas, casi como si fuera un mechero, y puede desfigurar el rostro del asaltante o causarle heridas de gravedad, aunque dicen que resulta muy complicado que pueda emplearse para matar a alguien.

Aunque las autoridades chinas advierten de que este tipo de arma no es legal, algunas fuentes afirman que algunos locales venden una media de trescientos de estos dispositivos al día.

Fuente: Telegraph.

Vicente Fernández López