Muchas personas que han estado en el llamado estado de muerte clínica afirman haber vivido lo que se conoce como experiencias post mortem.La naturaleza de las mismas sigue siendo objeto de discusión científica, aunque la mayoría de los investigadores se inclina creer que son algún tipo de alucinaciones, provocadas por la alteración de la química cerebral.

Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores del University Hospital of Liège, en Bélgica ha tratado de averiguar si esas experiencias (sea cual sea su origen) son similares en todas las personas a las que supuestamente les suceden. Y el resultado es que, en parte sí, y en parte no.

Los investigadores estudiaron los casos de 150 personas que habían experimentado este tipo de «vivencias», y observaron que todos coincidían en relatar cuatro elementos comunes: la sensación de sentirse fuera del cuerpo, la visión de un túnel, una sensación de bienestar, y el encuentro con personas conocidas que ya habían fallecido.

Pero fuera de esos cuatro elementos, el resto del relato variaba mucho de unas personas a otras. Cada una relató detalles complementarios que no coincidían con lo que contaban el resto de las personas. Incluso el orden en el que se experimentaban los cuatro episodios comunes ya citados, variaba de un sujeto a otro.

El resultado es que este tipo de experiencia so visiones contienen una serie de elementos que parecen ser universales, pero difieren en otros muchos según el bagaje cultural y el lugar de procedencia de cada persona.

ya en 2013, una investigación realizada por la Universidad de Michigan demostró que las personas que atraviesan por el estado de muerte clínica siguen conservando actividad cerebral. Una actividad que es, sin duda, el origen de estas controvertidas (y fascinantes) experiencias post mortem.

Fuente: ScienceDaily.

Vicente Fernández López