Como ya aprendimos con el color del dichoso vestido que se convirtió en viral, las cosas no siempre son lo que parecen. Otra muestra de esta afirmación es la ilusión óptica que acompaña al artículo. Aunque no sea lo que parece a primera vista, todas las líneas divisorias son paralelas y los cuadrados son exactamente iguales.

Lo peor es que, a diferencia de otras ilusiones ópticas, da igual el tiempo que te quedes contemplándola: tu cerebro no es capaz de verla de forma correcta. ¿No te lo crees? tratas de usar una regla para comprobarlo. Esto se debe a que nuestro preciado órgano no puede ver la imagen como un todo y trata de separar las zonas oscuras de las claras. Con el fin de evitar el contraste entre el negro y el blanco, las neuronas invierten los tonos.

La ilusión se conoce desde 1898, pero fue popularizada por el psicólogo Richard Gregory en la década de los 70, quien se percató de este fenómeno óptico en la pared de un café de Bristol (que estaba alicatado con azulejos negros y blancos). Victoria Skye, creadora de la imagen, se ha basado en esa pared para realizar esta ilusión.

Vía | iflscience.com

Rafael Mingorance