Admiradores y admiradoras del gran Terry Pratchett: su disco duro, ha muerto. Era el lugar donde albergaba la única copia existente de sus obras inacabadas. El pobre dispositivo de almacenamiento de datos fue atropellado sin piedad por una apisonadora a vapor. Sí, a vapor.

Cualquier detective novato se daría cuenta de que aquí hay gato encerrado y de que el acto fue completamente deliberado. Y tendría razón, el creador de Mundodisco, a quien perdimos en 2015 tras estar varios años luchando contra la enfermedad de Alzheimer, pidió como última voluntad que extrajesen el disco de su ordenador y lo destruyeran con una apisonadora a vapor.

El verdugo ha sido una apisonadora John Fowler & Co de principios del siglo pasado. Aunque la última voluntad del escritor ha tardado dos años en poder llevarse a cabo, ya está hecho. Los ‘restos mortales’ de la unidad de almacenamiento serán expuestos en el Museo de Salisbury durante una exposición retrospectiva de Pratchett.

Vía | theguardian.com

Rafael Mingorance