Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Sassari (Italia), ha encontrado frente a las costas de Túnez los restos sumergidos de Neapolis (también conocida por el nombre árabe de Neabul), una legendaria ciudad cartaginesa que fue parcialmente destruída por un tsunami en el año 365 de nuestra era.

Las fuentes históricas indican que la ciudad fue fundada por los fenicios, aunque los cartagineses la conquistaron durante la tercera guerra púnica. Terminada la contienda, los romanos se apropiaron de ella, pero sometieron a sus habitantes a diversos castigos por sus simpatías hacia Cartago. Pero lograron reconciliarse con sus nuevos amos cuando, durante la guerra civil entre Pompeyo y Julio César, tomaron partido por el segundo, que resultó victorioso.

Como recompensa a su fidelidad, César convirtió a Neapolis en la capital de la industria del garum, un condimento esencial en la dieta romana que se preparaba a base de pescado. En ese período la ciudad también se convirtió en un importante puerto.

Pero, como ya hemos dicho, en el año 365, las aguas del Mediteráneo fueron sacudidas por un violento terremoto que provocó un tsunami que causó daños en Creta y Alejandría, y que se tragó gran parte de Neapolis. Lo que logró salvarse de la ciudad fue finalmente conquistado por los árabes, que la rebautizaron con el nombre de Neabul.

En 2010 se puso en marcha el proyecto para buscar los restos de la villa desaparecidos bajo el mar. Y han hecho falta siete años para poder encontrarlos.

Vicente Fernández López