La expedición de Robert Falcon Scott a la Antártida en 1912 ha pasado a la historia como una de las mayores tragedias de la historia de la exploración polar. El expedicionario británico fracasó en su intento de ser el primero en conquistar el Polo Sur (se le adelantó por muy poco el noruego Roald Amundsen), y Scott y los cuatro hombres que le acompañaban fallecieron por el frío y el hambre cuando trataban de regresar al campamento base.
Durante más de un siglo, se ha considerado que Scott fue una víctima del infortunio y de su mala planificación. Pero, ahora, un investigador de la Universidad de Nueva Gales del Sur, llamado Chris Turney expone una nueva teoría, ya firma que Scott fue víctima de un sabotaje. Pero, ¿quién fue el traidor?
Turney ha pasado años investigando todos los documentos relacionados con la trágica expedición, y ha llegado a la conclusión de que el culpable fue el teniente Edward Evans. según el investigador australiano, Scott dejó testimonio escrito en su diario de que desconfiaba de las dotes de Evans, y que no le consideraba el hombre idóneo para ese puesto, por lo que el teniente se sentía humillado.
El investigador australiano asegura que ha encontrado indicios que revelan que Evans robó raciones de comida de las provisiones que Scott y sus acompañantes llevaron en su travesía fatal; unas raciones que podrían haber resultado providenciales. Y, además, habría impedido que un equipo de rescate saliera en su búsqueda.
Evans, que enfermó de escorbuto en aquella expedición, tuvo posteriormente una exitosa carrera naval y fue ascendido a almirante por sus hazañas en la I Guerra Mundial. se le concedió además el título de Barón de Mountevans.
Vicente Fernández López