El declive de la civilización egipcia fue un proceso muy largo en el que influyeron muchos factores. Pero suele considerarse que el colapso definitivo se produjo en el año 30 adC, con la muerte de Cleopatra y la batalla de Actium, acontecimientos que marcan el inicio de la dominación (política y cultural) romana.
Pero, ahora, una investigación realizada por expertos de la Universidad de Yale ha revelado que las erupciones volcánicas fueron una de las causas que propiciaron el fin del imperio egipcio. Los autores del estudio han investigado todas las erupciones producidas entre el año 300 y el 30 antes de nuestra era, y han llegado a la conclusión de que (en algún momento entre ambas fechas) la cantidad de gases y cenizas liberadas a la atmósfera crearon un efecto invernadero.
La consecuencia fue una reducción en la temperatura de la atmósfera que redujo la cantidad de agua evaporada, lo que provocó un descenso en las lluvias. La consecuencia fue que no se produjeron las crecidas del Nilo de las que dependían los cultivos de los egipcios. Las hambrunas y las epidemias no tardaron en llegar, y con ellas el descontento y las revueltas.
Estos sucesos se produjeron unos 200 años antes del reinado de Cleopatra, pero marcaron el inicio de una crisis en las relaciones entre los gobernantes egipcios y sus súbditos que debilitó el país y acabó, tiempo después, facilitando la dominación romana.
Vicente Fernández López