En octubre, se supo que veintidós empleados de la embajada de Estados Unidos en Cuba habían reportado extraños síntomas físicos. Sufrían náuseas, dolores de cabeza, desorientación, y se comenzó a especular con que podrían haber sido víctimas de un ataque realizado con armas sónicas. Los afectados afirmaban escuchar un extraño sonido que les provocaba ese malestar físico. Pero, ¿puede ser eso real?

Especialistas cubanos aseguran que no, y afirman que el extraño ruido al que aluden los funcionarios estadounidenses estaba en realidad causado por grillos y cigarras. Lo cierto es que los análisis realizados a la única grabación existente de ese supuesto y misterioso sonido, revelan que si que se asemeja al que hacen los grillos, aunque los especialistas norteamericanos que lo han analizado no están convencidos de que ese sea en realidad el origen.

Lo cierto es que la hipótesis del ataque con armas sónicas cada vez cuenta con menos defensores. Y se debe a que existen pocos datos fiables sobre el uso de armas sónicas en el mundo. Se sabe que tanto Estados Unidos como Rusia han experimentado con ellas, pero se desconoce si dichos proyectos han desembocado en la creación de un arsenal sónico. Una excepción sería el dispositivo llamado LRAD (acrónimo de Long Range Acoustic Device), que crea un haz sonoro con una presión de 162 decibelios, cuando el umbral del dolor humano está en 130, y que es usado por la policía americana para disolver tumultos.

Pero la tesis de los grillos también parece bastante simplista. La mayoría de los especialistas se inclinan por pensar que se trata de un caso de histeria colectiva. Es decir, que los síntomas experimentados por los funcionarios afectados tendrían un origen somático causado por algún trastorno del sistema nervioso.

Además, tampoco hay que descartar que los daños auditivos sufridos se hubiesen producido accidentalmente por el fallo de algún dispositivo sonoro. Algo similar ocurrió en 1999 en una bodega de Coventry (Gran Bretaña) dónde, a causa del mal funcionamiento deun extractor, se generaron infrasonidos que afectaron a los trabajadores del lugar provocándoles alucinaciones.

Redacción QUO