No muy lejos de San Petersburgo se encuentran las instalaciones de una misteriosa emisora de radio. Su nombre es MDZhB, y comenzó a operar en 1982, durante los últimos años de existencia de la Unión Soviética. Pero sus emisiones nunca han sido normales. Durante las 24 horas del día, la emisora emitía tan solo un extraño y permanente zumbido, que solo era interrumpido dos veces al día por otro sonido igual de raro que recordaba a la sirena de un barco. Y muy ocasionalmente se escuchaban también algunas voces humanas que decían frases que resultaban incomprensibles por estar totalmente descontextualizadas, del estilo de: «Especialista en agricultura».

En aquellos tiempos de guerra fría entre la URSS y EE UU, los hábitantes de la zona pensaban que se trataba de alguna instalación militar secreta que transmitía mensajes codificados a las unidades del ejército, o a los agentes rusos destinados fuera de la Unión Soviética. Lo que ocurre es que, aunque ya han pasado varias décadas desde entonces, la emisora sigue estando activa. Y sus misteriosas emisiones no han variado a pesar del paso de los años. El zumbido permanente y la sirena que se escucha dos veces al día, siguen resonando en las ondas.

Y como en tiempos pasados, esas monótonas transmisiones se rompen de forma ocasional con sonidos o mensajes igual de anómalos. Así, el 2 de septiembre de 2002 se escuchó durante un tiempo un fragmento musical de El lago de los cisnes. Y el 7 de septiembre de 2010, a una voz masculina que decíaa: «0-4-9-7-9 D-R-E-N-D-O-U-T 19-76-28-09 T-E-R-E-N-S-K-I” .

Pero, ¿quién está detrás de las emisiones de esta estación radiofónica? Lo cierto es que nadie ha podido dar una explicación que resulte totalmente satisfactoria. La hipótesis más aceptada sigue siendo la de que se trata de emisiones en código con fines militares. Aunque también se ha propuesto una teoría alternativa que resulta bastante sugerente.

La estación de radio formaría parte de un experimento dirigido desde el observatorio geofísico de Borok, denominado «Sondeo de la ionosfera mediante el efecto Doppler de las ondas de radio». Así, las misteriosas emisiones no tendrían otro propósito que ayudar a trazar un mapa de la ionosfera, algo que tiene un gran interés militar y científico.

Vicente Fernández López