Sobre los vikingos existen muchos mitos, aunque lo que nadie pone en duda es que eran unos navegantes excepcionales. Pero, ¿cómo hacían para orientarse con tanta precisión durante sus largas travesías? Las leyendas y algunos documentos cuentan que lo hacían usando las llamadas piedras solares.
Se trataría de fragmentos de rocas cristalinas que poseían una propiedad llamada birrefringencia, que permitía dividir los haces de luz solar en dos. Los cuales, al incidir en un tipo de brújula primitiva llamada disco de Uunartoq, les permitían calcular la posición del sol y, con ella, la del barco.
Pero, desafortunadamente, no existía ninguna evidencia de la existencia de esas piedras legendarias. Hasta que, entre los restos de un naufragio, los arqueólogos descubrieron unos fragmentos cristalinos, que les hicieron especular con que pudieran tratarse de los restos de una de eas piedras solares (aunque nadie ha podido demostrarlo hasta la fecha).
Para comprobarlo, investigadores de la Universidad Eötvös Loránd, en Hungría (que ya realizaron anteriormente otros estudios sobre las mismas), crearon una simulación por ordenador con la que han tratado de probar la efectividad de una piedra de similares características para medir la posición solar, durante una travesía ficticia. Los resultados han sido muy variables, pero en algunos momentos lograron hacerlo con un 90% de precisión, aunque para ello era necesario consultar dicha piedra cada tres horas.
El estudio, por supuesto, no confirma la existencia de las piedras solares, pero si revela que, de haber existido, podrían haber sido una herramienta eficaz para la navegación si se manejaban con la pericia necesaria. Justo, lo que los investigadores húngaros reconocen que no tienen.
Fuente: IFL Science.
Vicente Fernández López