Hitler murió el 30 de abril de 1945, cuando las tropas rusas entraban en Berlín. El dictador nazi puso fin a su vida en el interior de su búnker personal. Pero a muchas personas no les convencía esa versión oficial de lo ocurrido. Por eso, habían surgido teorías que que afirmaban que, tras fingir su muerte, había escapado a Argentina en un submarino. Otros, más fantasiosos aún, aseguraban que había sido trasladado por los aliados a una base secreta en la cara oculta de la Luna.
Pero, por si a alguien le cabía a alguna duda, todas esas teorías carecían del más mínimo fundamento. Y es que una nueva investigación acaba de confirmar que Hitler, efectivamente, se suicidó en su búnker para evitar caer prisionero de los rusos.
Un equipo de investigadores franceses, dirigidos por Philippe Charlier, ha analizado el cráneo de Hitler y los restos de su dentadura que se conservan en Moscú y han llegado a la conclusión de que, efectivamente, pertenecieron al líder nazi. La circunferencia del cráneo coincide con la que muestran las radiografías del dictador que se conservan en varios archivos. Además, los restos de la dentadura pertenecieron a una persona que solo comía verdura y Hitler era vegetariano.
Pero, ¿cómo murió realmente? Algunas versiones sugieren que se tomó una cápsula de cianuro y otras que se pegó un tiro. El cráneo de Hitler muestra un agujero de bala, pero los investigadores también han encontrado restos de veneno en sus dientes. Por lo que han llegado a la conclusión de que primero tomó el cianuro pero, además, se disparó en la cabeza sin esperar a que el veneno hiciera efecto.
Fuente: abc.net
Vicente Fernández López