Los romanos describieron a los pueblos bárbaros de Germania y del norte de Europa, como un conjunto de tribus guerreras muy feroces. En 2014, arqueólogos de la Aarhus University and Moesgaard, en Dinamarca, desenterraron más de 2.000 huesos, que pertenecieron al menos a 300 individuos muertos en combate en el siglo I de nuestra era. Y ahora se han conocido por fin los resultados del estudio de dichos restos.
Los huesos desenterrados muestran graves heridas de arma blanca, muchas de las cuales pudieron resultar letales. Los restos corresponden a miembros de alguna tribu procdente probablemente del territorio que los romanos denominaban Germania y que, probablemente, entablaron batalla con los miembros de algún pueblo local.
Pero lo más interesante es que hay evidencias que revelan que los individuos a los que pertenecían los huesos no fueron sepultados en el mismo lugar en el que murieron, sino que fueron transportados a otro sitio. Es una de las primeras pruebas que confirma que estas tribus bárbaras tenían la costumbre de recoger a sus muertos del campo de batalla para darles sepultura en algún lugar más adecuado.
Los restos muestran que algunos ligamentos y miembros fueron cortados tras la muerte de la persona, tal vez porque desmenbrando los cadáveres era más fácil trasportarlos. Y confirman que estos pueblos antiguos seguían procedimientos rituales para limpiar el campo de batalla y trasladar a los caídos.
Fuente: ScienceAlert.
Vicente Fernández López