Pablo Neruda falleció el 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe de estado del general Pinochet. La causa oficial es que el poeta falleció por caquexia, un tipo de síndrome vinculado al cáncer de próstata que padecía. Pero, extraoficialmente, siempre existieron sospechas de que el poeta chileno pudo haber sido asesinado. Unas sospechas que se reavivaron en 2011, cuando su asistente personal afirmó que Neruda le había dicho días antes de morir que estaba convencido de que le habían inyectado una sustancia venenosa.

Ahora, un equipo de forenses de la Universidad de Copenhague ha realizado un nuevo análisis a los restos de Pablo Neruda. Y los resultados han confirmado la presencia en los dientes del poeta de una bacteria altamente tóxica llamada estafilococo dorado. Un dato que tampoco es nuevo, ya que otro estudio realizado en España en 2015 también había ofrecido el mismo resultado.

Según los investigadores daneses, la presencia de la bacteria podría ser un posible indicio de envenenamiento, pero no es concluyente, ya que podría deberse a una contaminación producida en el depósito de cadáveres. De todas formas, los autores de este estudio aseguran que, cuando menos, Neruda pudo haber sido víctima de una negligencia médica y que el diagnóstico oficial de caquexia cancerígena (entre cuyos síntomas se encuentran la desnutrición y la pérdida de peso) no encaja en el caso del poeta, un hombre que sufría de un notable sobrepeso.

Vicente Fernández López